15/11/2023
Ya conocemos esta sensación, es parecida a la de hace casi un año, es una final, está peleada y nadie sabe lo que va a pasar, vamos a penales y sabemos que puede terminar como en el 2014 o que esta vez podemos coronarnos de gloria; la diferencia es que acá no hay trofeo, no es un deporte y del otro lado no hay un rival sino un compatriota.
Hoy la discusión política nos tiene a todos como un adicto en su peor momento: queriendo que se acabe, porque se da cuenta que se destruye y a la vez no pudiendo parar; la resaca va a ser muy jodida y lo más probable es que la mitad de los que vayamos a votar (y los que no) nos terminemos arrepintiendo sea lo que sea que votemos.
Por respeto a este agotamiento que muchos tenemos voy a enfocarme en lo comercial, sin bajada de línea política, yendo a los hechos y a las decisiones comerciales directamente, después sí, después les comparto lo que pienso, lo que me angustia y lo que me da esperanza (spoiler: no hay esperanza)
Subimos al sistema mayorista una parte de los accesorios que pudimos sacar de aduana hace unas semanas, también hoy vamos a subir algunas carpas eco, clásicas y bicamerales para quienes gustan de stockearse a último momento. Les pedimos como siempre por favor realizar el pedido de aquello que pueden abonar por completo antes del viernes al mediodía.
Sobre lo que se viene desde el lunes en adelante, por un lado los hechos: tenemos poca mercadería disponible para la venta, tenemos stock en aduana sin saber cuándo podremos retirarla por completo y tenemos pagos pendientes a nuestros proveedores, particularmente uno que está esperando desde febrero. Nuestra situación no es muy distinta a la de muchos de ustedes: estuvimos vendiendo mercadería a ciegas, en muchos casos por debajo del precio de reposición para poder pagar gastos corrientes y hacer tiempo con la esperanza de que mejore o pase la tormenta.
Todo lo que venimos detallando en cada mail todos los meses nos trae a este momento, por un lado estamos profundamente orgullosos de nuestro trabajo y nuestra ética comercial, de haber complido siempre nuestra palabra con ustedes y también orgullosos de no ser de los que despotrican contra el país o “los argentinos” cuando las cosas se ponen difíciles o no salen como nos gustaría. Por el otro, entendemos la angustia y desánimo que produce la incertidumbre de estos tiempos, la frustración de tomar buenas decisiones y a pesar de eso no ver resultados y por esto es que decidimos prepararnos para cualquiera de los dos escenarios:
En caso de que Massa sea electo presidente continuaremos con ventas mayoristas a growshops y vamos a insistir en reponer mercadería manteniendo el esquema de precios y ventas que manejamos hasta ahora, esperando que el próximo año con más reservas las trabas a las importaciones que se hicieron tan fuertes el último año vayan aflojando y retomando la actividad.
En caso de que Milei sea electo presidente suspenderemos indefinidamente las ventas mayoristas y habilitaremos nuevamente ventas minoristas con un nuevo esquema de precios, básicamente para poder cumplir con nuestros proveedores y esperar a ver qué resultados económicos y sociales trae la implementación de sus políticas.
Es una decisión muy pensada, que no nos gusta tomar, que sentimos que tenemos el deber de avisar de antemano y de manera transparente como siempre lo hicimos, pero la bifurcación que se viene con esta elección lleva a caminos opuestos, incompatibles y muy distintos que nos obligan a tomar decisiones como ésta, igual de opuestas y distintas. Muchas cosas están en juego en esta elección y nosotros no estamos exentos de ellas.
—
Y de acá en adelante mi visión y opinión personal al igual que los argumentos que sostengo para tomar cualquiera de estos dos caminos.
En caso de que Milei sea electo lo más claro y cantado es una devaluación brusca, un recorte del gasto por parte del Estado y un camino más lento o más rápido a una desregulación financiera, laboral e impositiva. Y esto que se resume en 25 palabras es más complejo de lo que parece: en los últimos 8 años toda caída de gasto público (también llamado ajuste) se ha trasladado a una caída de la recaudación fiscal incluso aunque la actividad económica se mantenga (fuente: MATE). En otras palabras, no hay forma de bajar el déficit fiscal, la inflación o la emisión monetaria sin producir un parate en la economía.
Y es importante ser claros en esto, contracción monetaria, recesión, caída del consumo o de la actividad económica son una forma técnica de decir que va a haber menos ventas, esto hace que los empleadores no tengan con qué pagar salarios, impuestos o alquileres; lo que provoca despidos de personal o cierre de locales, lo que se traduce en una clase media y media baja (nuestro público) que va a recortar todo gasto que no sea elemental y primario; y como nosotros no vendemos pan, lo más probable es que esa caída económica se lleve puesto a al menos al 70% de los growshops en actividad actualmente, tal como sucedió en el 2016/2017. No es casual que seamos contados con los dedos de una mano los que estamos desde el 2015 o antes en el rubro.
Dejar al dólar “flotar libremente” es como cortarle el hilo a un globo de helio y esperar que baje, lo que va a pasar es obvio, una unificación cambiaria significa un dólar oficial arriba de mil pesos de base. En el caso de que se insista con la dolarización la única manera de llevarla a cabo sería o a través de una hiper que licue los pesos o de una confiscación de depósitos tal como lo dijeron expresamente los candidatos que la proponen.
Con un dólar arriba de 2, 3, 5 o 7 mil pesos acompañada de una quita de subsidios general que aumente los costos de logística en un país tan extenso como el nuestro, solo representa un aumento descomunal en los insumos más básicos y necesarios, al menos triplicando el costo de vida muy por encima de los salarios, lo que hará que nadie quiera-pueda comprar nada y así efectivamente los precios bajen, ese es el plan para bajar la inflación, la pregunta sería a qué costo.
Todo esto sin contar la destrucción de la racionalidad en la base del funcionamiento de la sociedad y esto parece filosófico pero no lo es, la razón es la que nos permite el principio más básico de la ciencia que es el principio de no contradicción: algo no puede ser y no ser a la vez.
Si alguien que dice odiar la política, se convierte en lo que aborrece para alcanzar el mayor cargo político del país, con promesas que quienes lo votan confían que no va a hacer y que él mismo dice que no va a llevar a cabo entonces ¿qué se estaría votando? El absurdo, se estaría votando un quiebre institucional, se usaría a la democracia para detonar a la democracia misma. Y sin marco institucional no es que se acaban los políticos, se acaban los acuerdos sociales y como lo dijo la propia candidata a vicepresidenta Villarruel el día de ayer “¿Cómo pretendes resolver un país devastado si no es con una tiranía?”.
Si Massa es electo presidente tampoco creo que las cosas vayan a ir bien, es más, con el mejor plan económico, llevado a cabo por los mejores, perfectamente ejecutado, teniendo un éxito tremendo y viento de cola el año que viene la inflación no va a ser de menos del 250%.
Massa está confiando demasiado en los dólares que pueda traer Vaca Muerta y la cosecha récord que se espera ya que el fenómeno “El niño” va a traer muchas lluvias y luego de una gran sequía la mineralización y descanso del suelo suele dar una cosecha muy buena. Pero ya sabemos lo que le pasó a Seguro. No se está contemplando ningún escenario disruptivo en un mundo que se encamina a mayores enfrentamientos armados que pueden generar un contexto favorable o no. En cualquier caso no se estaría exportando valor agregado sino materia prima.
Los gobiernos de coalición como éste que está llegando a su fin demostraron tener una gran fragilidad y unirse ante un enemigo común hace que derrotado el enemigo refloten todas las diferencias preexistentes. Massa es quien puso el sistema SIRA que tantos problemas nos trajo, es también un político que en su carrera ha mostrado contradicciones, panquequeadas y los vicios más rancios de la política tradicional.
Pero también debo reconocer que, aunque no me representa en nada de lo que pienso, con el fantasma inútil que tenemos de presidente y las presiones y corridas de este último año podríamos estar infinitamente peor por lo que quizás consiga el milagro de zafar como viene zafando y ahorrarnos mayor sufrimiento. Además, entre un guiso de mondongo medio podrido y una sopa de diarrea la elección nunca fue tan fácil.
No creo que una plaga de cucarachas se resuelva con prender fuego la casa, no creo que la solución a la corrupción de los políticos sea detonar la política o proponer exterminar a alguien. No creo que la mejor manera de parar un auto sin frenos sea llevarlo contra un paredón. No creo que la manera de dejar de correr sea pegarse un tiro en el pie. Pero también creo que a veces lo mejor que se puede hacer con un caprichoso es darle exactamente lo que pide, para que descubra esa gran lección de que a veces no hay nada peor que encontrar lo que se estaba buscando.
Ojalá lo único en juego en esta elección fuera la economía, tristemente están en juego cosas que como sociedad creíamos que ya no lo estaban.
Ojalá sea como esa final, ojalá que la angustia y el miedo se conviertan en alivio y festejo, pero no festejo por un candidato porque nadie va a ganar el domingo, sino un festejo por nuestro país, por nuestra democracia, por todo lo que supimos conseguir y por todo lo que nos queda por mejorar.
Abrazo grande.