10/8/2023
Con el oficial a $300, el MEP a $530 y el blue en los $600 estamos llegando a las PASO en un momento de tensión cambiaria máxima. Nosotros tal como avisamos hace unas semanas pasamos a trabajar al MEP a partir de la semana que viene, deberíamos haberla cambiado hoy pero la dejamos a $395 (que debería ser $415) hoy y mañana para que realicen los pedidos y el pago esté acreditado antes del mediodía de mañana viernes. Los pedidos que para las 13 hs del viernes 11/8 no estén abonados y acreditados al 100% serán cancelados y la cotización actualizada al MEP.
Sabemos que muchos están haciendo un esfuerzo enorme para recolectar la mayor cantidad de capital posible para realizar las compras esta semana y es lo máximo que podemos extender estos plazos.
—
De acá en adelante quiero compartirles la lectura que hago personalmente de la situación de nuestro rubro, del contexto económico, político y social; si bien sería fácil enviar este mail el lunes diciendo “ya sabía” por honestidad, me parece más relevante hacerla ahora, aclarando que no es mi objetivo aconsejar ni recomendar nada, sino compartir una lectura personal desde el lugar que me toca.
Estamos en un país donde la política y la economía están en una relación tóxica hace décadas, una culpa a la otra y ninguna termina de responsabilizarse de nada. Cualquier lectura política que no contemple la económica y viceversa está condenada a ser ingenua o manipuladora.
Pocos rubros están tan atados a la política como el nuestro y cuando hablo de política no hablo de política partidaria, sino de lo que en la práctica (y no en la ideología) termina haciendo el Estado en plenitud: poder judicial, ejecutivo, legislativo, fuerzas, partidos políticos y organismos satelitales.
Las actividades económicas y productivas del rubro del cannabis existen hace mucho, pero no fue hasta que hubo voluntad política de entregar un marco mínimo de operación que pudimos crecer y dejar de escondernos o usar eufemismos para lo que hacemos. El problema de estas voluntades políticas es que así como aparecen desaparecen, lo que hoy es el REPROCANN mañana puede ser una base de datos de potenciales delincuentes, las normativas, leyes y marcos precarios son fácilmente derogables y finalmente aunque todo puede ser judicializable, en nuestro país todo lo que se encuentra bajo la órbita judicial resulta ser una rueda de hámster donde a un alto costo y desgaste, el avance casi siempre es ninguno.
Esta es solo la parte política, una en la que estamos bastante jugados y ni siquiera entramos en los problemas que ya sí compartimos con todos los trabajadores, comerciantes y emprendedores: la económica.
Hoy en nuestro país no hay estructura de costos, quien vende, vende apostando, más caro apostando a lo seguro o a cubrirse, más barato apostando a un milagro o al yafuetodismo; pero no deja de ser timba, vender algo que no sé a cuánto ni cuándo lo voy a reponer es tirar un dado. La lógica y la razón abandonaron nuestra economía y ciclo productivo hace unos meses y ahora ya es la suerte, la mística o la terquedad la que nos hace continuar; es más la sensación de no querer parar que la de querer seguir. Esta sensación la compartimos en todos los eslabones de la cadena con mayor o menor angustia.
Los clientes también sentimos (en todas las áreas donde tenemos que consumir) que hoy va a ser más barato que mañana, parece ser la única certeza que tenemos. La inercia de querer apurarnos para ganarle al precio nos trae recuerdos (tanto de vivencias propias como de historias que nos han contado nuestros viejos) sobre momentos de incertidumbre y crisis. Esto nos empuja a comprar, a endeudarnos, a cuotear, a patear para adelante, parece ser la única certeza: “dentro de unos meses esa cuota van a ser 2 pesos”.
Entonces, los niveles de consumo que tenemos hoy ¿son sostenibles? ¿estamos consumiendo porque queremos y podemos o porque sentimos que es el único lugar de reserva de valor o disfrute que podemos tener? ¿Se sostendrán estos niveles de consumo cuando se profundice el ajuste que todos los partidos políticos directa o indirectamente están prometiendo? ¿Qué pasará cuando se encarezcan todos los alquileres (de vivienda y comerciales) y todos los costos de luz, agua, gas, impuestos municipales, logística, etc. sin que los salarios acompañen? Básicamente cuando el costo de vida sea mucho más alto que hoy ¿se seguirá vendiendo?
Estas preguntas son las que forman parte de la angustia y la incertidumbre de lo que va a pasar y que atraviesan a la sociedad entera, seamos clientes, trabajadores, comerciantes, proveedores, importadores o estudiantes. Pero no tenemos que olvidar que estas cuestiones (más allá de la emisión criteriosa de nuestro voto) están bastante por fuera de nuestro campo de acción. Lo que sí está a nuestro alcance es pensar en qué situación estuvimos, en cuál estamos y qué posición podemos tomar ante distintos escenarios posibles.
Con las reservas casi en cero y con todos los obstáculos cada vez más delirantes a las importaciones, la recesión y el freno del consumo son inevitables al igual que un ajuste paulatino o brutal del tipo de cambio (depende de quien gane). Si le sumamos las siempre nafteras maniobras financieras, que no ayudan con el incendio, vamos a tener un período bastante turbulento de acá hasta marzo/abril del año que viene. Tiempo en el que también habrá sacudidas y cambios estructurales bastante complicados de predecir.
En mi opinión, nuestro rubro terminó un ciclo y está empezando otro, las dinámicas y estructuras que teníamos hasta ahora ya no nos servirán para el país que viene y creo esto no solo por una cuestión política o social, sino también por una que si sacaramos todas las demás de por sí ya debería llamarnos la atención. Fijense:
- El 5 de noviembre de 2018, con un dólar oficial y blue a $36 y un salario mínimo vital y móvil de $10.700 mensuales armar una carpa clásica CultivARG 100 y un panel LED de 340W de GS, costaba unos $41.400 o aproximadamente 4 salarios mínimos.
- Para el 5 de noviembre de 2019, con un dólar oficial y blue a $65, la misma carpa y mismo LED estaba $68.250 con un salario mínimo vital y móvil de $16.875, se seguían necesitando 4 salarios mínimos para esta compra.
- El 5 de noviembre del 2020, con un dólar oficial a $84,60 y el blue a $157 y un salario mínimo a $18.900, la misma carpa y mismo led estaban unos $88.850, casi 5 salarios 4,7 para ser más preciso. Este fue el salto de la disparada de costos de logística y materia prima que nunca más volvió a sus valores previos.
- En noviembre de 2021, con un oficial a $105,45, un blue a $199 y un salario mínimo a $32.000 comprar la misma carpa y misma luz estaba $123.000 volviendo a representar casi 4 salarios mínimos.
- Desde la semana que viene en el 2023 comprar la misma carpa y misma luz, incluso con los valores a MEP va a representar 4 salarios mínimos y medio, aproximadamente unos $500.000.
Desde noviembre de 2018 a junio de 2023 la inflación acumulada fue del 852%, es decir lo que salía $41.400 solo ajustado a inflación debería valer $400.000 y vale $500.000, lo que nos muestra que los precios han aumentado por encima de la inflación, que el dolar ajustado a inflación debería estar por los $350 y que $600 es infladisimo al igual que $280 muy retrasado. Si bien este breve informe puede ser usado por ustedes como una herramienta de venta para mostrar que al pasar los años y las cotizaciones la mercadería viene costando lo mismo, el análisis que les traigo va por otro lado.
Si el valor del equipamiento básico de cultivo desde hace varios años viene oscilando entre un mismo costo (+ – 25%), más allá de donde esté el dólar, el salario y todos los bardos del medio ¿cuál es la diferencia? ¿por qué ahora parece más caro comprar lo mismo si cuesta la misma cantidad de salarios?
Bueno, obviamente es multi causal, los servicios de electricidad, agua, fertilizantes y sustrato no valen lo mismo que en el 2018, pero a mí forma de verlo, la razón es más simple y económica: oferta y demanda.
En el 2018 era muy difícil conseguir un g debajo de 10 USD, hoy se consigue a menos de 4 USD. Así que el verdadero análisis que nos importa, o mejor dicho, el que define la compra de la carpa y la luz por parte del cliente es el precio al que puede conseguir las flores vs lo que le cuesta comenzar a cultivar y mantener ese cultivo.
El boom de ventas lo tuvimos cuando en la pandemia cuando había mucho tiempo disponible y nadie podía comprar o conseguir, o lo que conseguía estaba carísimo; por eso hubo tanta demanda de productos para cultivar. Hoy ya no hay tanto tiempo disponible, hay más oferta de buena calidad a un tercio de lo que salía hace unos pocos años y el costo del equipamiento y los insumos para cultivar aumentó; lo que da como resultado la situación en la que estamos.
Si bien vimos este corrimiento en el 2021 como un movimiento obvio que podía hacer el rubro, no estaba aún el marco legal que lo permitiera, en el 2022 estaba todo muy en modo beta como para sacarlo de manera masiva y desde el año pasado ya pudimos prepararnos para la siguiente etapa que creemos que ya está empezando: los cultivos de mediana escala, también conocidos como clubes.
No quiero decir que el grow no va más, por el contrario, creo que va a estabilizarse cuando todo lo demás se estabilice, se van a complementar, ya que les va a permitir captar a los dos clientes: al que quiere cultivar y al que no. Este tiempo donde no vamos a poder hacer mucho y donde básicamente hay que sentarse a esperar a ver cómo se acomoda la parte política y económica, podemos poner nuestro tiempo y energía en reinventarnos, crecer y abrir nuevas oportunidades.
Eso estuvimos haciendo el último año: nos formamos como técnicos en refrigeración y electricistas matriculados para tener el conocimiento técnico requerido para el diseño e instalación de cultivos de mediana escala de manera profesional. Formamos legalmente clubes de cultivo para conocer todos los recovecos burocráticos y la mejor manera de presentar cada trámite en cada ventanillas.
Así podemos nosotros mismos, sin depender de otros, con los mismos valores y visión de siempre, ofrecerles a ustedes una alternativa que nos ayude a adaptarnos a los cambios que ya están pasando.
Por eso ofrecemos de manera independiente o conjunta:
1. Tramitar desde cero la creación del club con todo lo necesario para su funcionamiento pleno y ajustado a la normativa vigente.
2. Diseño de módulos, salas y espacios de cultivo de mediana escala.
3. Instalación, upgrade y mantenimiento de salas y espacios de cultivo ya existentes.
4. Fabricación e importación de maquinaria a medida del club.
Este último punto obviamente será una vez que las importaciones se normalicen. Pero queremos poder ayudar a quienes ya lo tienen funcionando y necesitan el marco legal o quieren profesionalizarlo o ampliarlo, a quienes quieren empezar de cero y quienes tienen todo pero no saben como mejorarlo.
Así es que damos el puntapié inicial de cultivarg.club, el brazo que creemos se complementará y potenciará a todo lo que estuvimos formando y creciendo hasta hoy ofreciendo más herramientas y nuevas oportunidades con la ética que siempre nos caracterizó principalmente en los momentos más difíciles, momentos como estos.
Pactemos una reunión y empecemos.
Abrazo grande.